viernes, 18 de octubre de 2013

Historias que nadie quiere leer

* Hola, soy tu conciencia y vengo a decirte que en realidad no existo. Así que no me eches la culpa a mí cuando hagas algo estúpido, dañino o insano. Aparte, no digas que yo te pongo en dilemas existenciales ni mucho menos que te pongo en aprietos cuando no sabes qué hacer respecto a algún tema. No digas que voy en contra de algo llamado «corazón» porque eso tampoco existe. El corazón es en verdad una simple masa deforme, rojiza y bañada en grasa que bombea tu sangre, no otra cosa y yo, tu «conciencia» no existo. Y si te preguntas cómo es que estoy diciéndote esto si no existo, te sugiero que visites un psiquiatra cuanto antes. Y si no quieres también está la opción de matarte. Adiós.

* Cuando te digan que el físico no importa, es verdad, al menos gran parte del tiempo de vida de un ser humano cualquiera. Hasta los diecisiete años, las mujeres prefieren andar con el más popular de sus círculos. Esto no se logra necesariamente siendo guapo, también puedes ser popular por ser el más bromista, por molestar a los profesores, por hacer graffitis en las paredes, por ser un pandillero o por vender hierba. A partir de los diecisiete hasta los cuarenta, las mujeres prefieren andar con el que tenga más dinero. Puedes ser horrendo. Tus ojos pueden ser desgraciados, de color opaco y con cataratas. Tu nariz puede ser parecida al pico de un tucán o asemejarse a un quión. Tu boca puede parecer la unión de dos trozos de jamón podrido y emanar el mismo olor. Tu cabello puede ser trinchudo hasta llegar al techo, greñudo, repugnante y además grasiento. Tu piel puede estar arrugada, llena de callosidades o tener como adornos miles de granos y verrugas. Tu cuerpo puede ser deforme, enorme, pequeño, ínfimo, lato y horripilante. Puedes vestirte como los putos dioses o como un mendigo con mal gusto. Pero mientras tengas dinero, siempre andarás acompañado. Desde los cuarenta hacia adelante, las mujeres concluyen que el físico sí importa. Y mucho.

* Pierdes el tiempo tratando de ocultar tus defectos físicos. Mientras más los ocultes más dejarás notar que los tienes y además demostrarás más inseguridad. Que esto no suene como buen consejo, lo que quiero en realidad es decirte que sufrirás irremediablemente mientras tengas esos defectos y que es mejor al menos comportarte como si los hubieras superado, ¿me entiendes?, al menos así conseguirás empleo y tendrás pareja una que otra vez. Aquí viene el buen consejo: aprovecha, como si fuera el último, cada uno de esos momentos bonitos.

* Ayer vi una marcha de manifestantes frente a un McDonald's, la alumbraban flashes de todos lados, y en eso pude reconocer a dos amigos con los que usualmente salgo a comer un sándwich llamado 'Triple X'. Este sándwich contiene una enorme tajada de carne de res a la parrilla, filete de pechuga de pollo a la plancha, tocino y chorizo al carbón, con abundantes papas fritas, todas las cremas; envueltas estas carnes y complementos en un delicioso pan de yema; todo por quince soles, y todos los días en una sandwichería no muy conocida de la avenida Aviación. Me pregunto cuándo mis amigos harán ese tipo de manifestaciones frente a aquella sandwichería a la que siempre vamos. Ojalá no suceda.

* Si la chica que querías se metió con tu amigo, eso se llama 'atraso'. Te atrasaron, no hay otra. Tienes que aceptarlo. Peor ahora que hay Facebook. Si te quieres hacer el no afectado, orgulloso y autosuficiente como un príncipe saiyajin, y aún los tienes en tus contactos, tendrás que comerte toda la recatafila de cariñitos y palabras calientes que se dirán de muro a muro, porque está claro que a ellos les importarás un carajo y que más bien, muy por el contrario de lo que hablen entre ellos o delante de otros, tratarán de demostrar que son felices juntos a pesar de que haya «gente que los quiera separar», o sea tú. Cualquier persona en su sano juicio te aconsejaría que los borres de tu Facebook, y si tú propones una venganza cruel contra ambos te dirán que no servirá de nada y que mejor lo dejes así. ¿Sabes qué? Yo te digo que sí sirve. Ayuda mucho ver a tu amigo traidor pidiéndote perdón mientras se arrastra en el charco de su propia sangre, ayuda, alivia y calma; y más aún cuando ves a su linda novia ofreciéndote un poco de sexo a cambio de que no los fastidies más, ¿no es maravilloso lo que realmente queremos?

* Muchos creen ser graciosos sólo por ser bromistas. Veamos, un bromista es aquel que hace muchas bromas, pero estas bromas no son necesariamente todas buenas. Algunas de ellas pueden ser absurdas, repetitivas o hasta ofensivas. Lo peor de todo es que un mal bromista puede pensar que se trata de insistencia, es decir, que mientras más veces haga el mismo chiste más posibilidades habrá de que te rías o al menos te cause un poco de gracia. Esto, naturalmente, es falso. Mientras peor sea la broma, y más veces se repita, no sólo el bromista está quedando de idiota, sino que además corre el riesgo de recibir un contraataque. Mientras que, si la persona que recibe la broma empieza a creer que se trata de animadversión, el bromista no sólo habrá fracasado, sino que además lo más probable es que se gane un nuevo y peligroso enemigo. A no subestimar nunca a una persona que se sintió atacada u ofendida por una pésima broma. A no subestimarla sobre todo cuando, por considerar que las bromas son poco más que execrables, recibe el sucio y artero calificativo de «picón». Conclusión: para ser un buen bromista no basta sólo con querer serlo, hay que tener las cualidades que lo definen y desarrollarlas cuanto sea posible. Gracia, manejo elegante del lenguaje que huya a la vulgaridad, sentido irónico, sarcasmo mordaz y sobre todo buenas dosis de consideración y compasión. Un buen bromista no sólo debe saber cuándo empezar, debe también saber cuándo seguir y cuándo parar. Así como también cuándo pedir disculpas o qué tipo de bromas hacer según el contexto y la persona del caso. En fin, lo que quiero decir es que cualquiera puede ser bromista, pero no cualquiera puede hacerlo sin quedar de imbécil. Y si después de haber leído esto te sientes dolido y tienes ganas de insultarme, ya sabes a qué no te tienes que dedicar.

1 comentario:

Unknown dijo...

Hola Bencho. Ayer comente un cuento en otro blog tuyo.
He leído "Historias que nadie quiere leer" con tal de llevarte la contraria.
Me ha parecido muy innovadora la estrctura. De todos los *, el del Mc Donalds no me ha dicho mucho; sin embargo, el del Facebook y los dos primeros me han parecido geniales.

Tal como estoy empezando a escribir, también estoy aprendiendo a hacer críticas literarias.

Te seguiré visitando y comentando; si no te importa.

Saludos.

Agustí Tola